El VPH: El virus del papiloma humano
El virus del papiloma humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes en el mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi todas las personas sexualmente activas contraerán el virus en algún momento de su vida, en la mayoría de los casos sin presentar síntomas ni complicaciones. Sin embargo, existen distintos tipos de VPH, y algunos pueden derivar en problemas graves de salud si no se controlan adecuadamente.
El obstetra y ginecólogo Oluwatosin Goje, MD, especialista de Cleveland Clinic, explica que el VPH no es una enfermedad única, sino un conjunto de más de 200 cepas. Mientras que muchas de estas infecciones desaparecen por sí solas gracias a la respuesta del sistema inmunológico, otras pueden persistir y evolucionar a condiciones más serias, como verrugas genitales o incluso cáncer.

¿Cuándo el VPH desaparece y cuándo no?
En la mayoría de los casos, el organismo elimina el virus de manera natural en un periodo de uno a dos años. Esto ocurre especialmente en personas con un sistema inmunitario saludable. No obstante, existen situaciones en las que el VPH puede permanecer en el cuerpo y derivar en complicaciones:
- Sistema inmunodeprimido: Personas con enfermedades como el SIDA o que han recibido un trasplante pueden no eliminar el virus con facilidad.
- VPH de bajo riesgo persistente: En algunos casos, el VPH puede causar verrugas genitales que requieren tratamiento. Aunque estas se pueden remover mediante procedimientos como corte o cauterización, no hay garantía de que no vuelvan a aparecer, ya que el virus puede alterar las células de la piel.
- VPH de alto riesgo: Algunas cepas del VPH pueden permanecer inactivas en el organismo y, con el tiempo, generar células precancerosas en zonas como el cuello uterino, el pene, el ano o la boca. Si estas células no son monitoreadas y tratadas, podrían evolucionar a cáncer en un porcentaje reducido de personas.

Prevención y detección temprana: claves para la salud
Dado que el VPH es una infección tan común y en muchos casos asintomática, es fundamental la prevención a través de la vacunación y la detección temprana mediante exámenes como la citología o la prueba de ADN del VPH. Además, la estrategia global 90-70-90 de la OMS busca reducir la incidencia del cáncer de cuello uterino promoviendo la vacunación, el tamizaje y el acceso a tratamientos oportunos.
El conocimiento sobre el VPH y sus posibles riesgos permite a las personas tomar decisiones informadas sobre su salud y adoptar medidas preventivas que pueden marcar la diferencia en su bienestar a largo plazo.